Esta entrada no es de ninguna previsión. En esta entrada os voy a dejar unas líneas sobre un fenómeno del que se está hablando mucho en esta última semana, y del que, por azar, encontré una cuenta sobre temas de historia que hablaba del tema y me convenció bastante. La entrada que os voy a poner, tal cual el autor la creó, pertenece al usuario @batallitass de la red social twitter. El único fin, es dar a conocer esta información en la página ya que muchísimos de vosotros, no accedéis a esta red social. Os animo a leer más de sus artículos.
Una lectura amena sobre el componente cíclico del clima.
Leer siempre está bien, y después de hacerlo, que cada uno saque sus propias conclusiones. Creo haber transcrito correctamente el artículo. Venga vamos.
La entrada dice...
"El retroceso de las aguas está revelando funestas advertencias de nuestros ancestros grabadas en piedra: las "Hungersteine" (piedras del hambre).
El diseño de estas marcas varía: además de inscripciones cinceladas en edificios o monumentos existentes, también hay tablillas de piedra o metal colocadas en el lugar correspondiente; en otras ocasiones, son simples marcas de pintura en los muros.
En muchas de ellas, una línea horizontal muestra el nivel máximo al que llegó el agua exactamente. Hay lugares donde se concentran varias marcas (en su mayoría de diseño uniforme) con diferentes años al lado, colocadas unas encima de otras.
Sin embargo, las aguas de estos ríos ocultan otras inscripciones que alertan del fenómeno contrario… y de sus graves consecuencias.
Lo que las hace diferentes a las demás piedras es que están marcadas con fechas y/o inscripciones para conmemorar épocas de sequía extrema, que a menudo se remontan a décadas y siglos atrás.
Las inscripciones más antiguas datan del siglo XV y se conocen piedras marcadas con los años 1417, 1473, 1616, 1630, 1654 y 1666.
Cuando no existían los registros meteorológicos, los lugareños marcaban en estas piedras los hitos importantes que ocurrían en el lugar. Al igual que se marcaban los niveles altos de las aguas, también se hacía lo propio en épocas de sequía.
La costumbre era añadir el año en que la piedra había quedado al descubierto, a menudo varias generaciones después de la última vez.
Pero aquellos que nos precedieron no se limitaron a inscribir en piedra los años de sequía extrema, sino que también nos dejaron unas inquietantes advertencias:
Además, el bajo nivel de las aguas dificultaba o directamente impedía la navegación por el río, cortando las rutas comerciales.
Las piedras con las inscripciones más modernas (del último siglo) carecen de los siniestros mensajes de sus predecesoras. Esto demuestra cómo el río perdió su importancia crucial entre la gente, que antes dependía completamente de su imprevisible naturaleza para sobrevivir.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania sufrió una gran hambruna en el invierno de 1946/47. Tres grandes olas de frío dificultaron la vida de la población. En enero de 1947, 60 kilómetros del Rin se congelaron.
Para concienciar sobre los terribles efectos del cambio climático y siguiendo la tradición secular de las piedras del hambre, en 2018 Greenpeace colocó una piedra del hambre en el lecho del río Elba, con una inscripción que reza: “Si me ves es que la crisis climática ha llegado”.
Las piedras del hambre nos recuerdan que su advertencia a las generaciones futuras (de que tendrán que lidiar con las dificultades relacionadas con el hambre si el agua baja nuevamente a este nivel) es más actual que nunca.
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